29 de septiembre de 2007

ontem

Río de Janeiro parece ayer. La noche que burlamos advertencias, que burlamos la sección *El Mundo* del Clarín pedorro que anunciaba que entre los narcos y la cana estaban prendiendo turistas como vengalas. Todo por una supuesta guerra de espacio simbólico, como cualquier otra guerra. Es que igual los cariocas nos habían dicho que en Ipanema ves lindas caras, linda gente... (portación de cara: ese bulto que no se esconde en el bolsillo).
Nosotras habíamos llegado al barrio esa tarde después de cinco días de Cenicientas en Copacabana, vista al mar desde un piso treintaipico. Dos geólogos andaluces habían sponsoreado una incursión a la gastronomía local bien lubricada con tragos frutales, y varios surfers y un mozo fueron azafatas de la montaña rusa que fue ese colectivo hasta Lapa y del Samba que fue Lapa en sí. Todo era zapatitos de cristal y la ciudad parecía nuestra, pero igual esa noche descubrimos que nos copaba volver a las Topper y a la portación de mochila. Nos sentamos en la orilla con esa ensalada de todas las pieles y cementos a espaldas y los morros ya eran una sombra, salvo los dos hermanos guiñando luces como árboles de navidad mellizos e inmensos a nuestra derecha. Cristo se había ido a dormir y eran los últimos días de enero pero todavía había olor a Reveillon y un rumor de macumba. Esa tarde habíamos visto la prueba de sonido de Rita Lee, su rojo furioso y su guitarra y habíamos pasado por la puerta de la cumbre presidencial, entre la prensa y los grandotes de segurança. Todo era monumental pero accesible y lo transitábamos como quien tiene el camino trazado.
Hundí los pies hasta que la arena se coló entre los deditos, estaba seca pero helada. Nos pusimos a charlar y apareciste en la conversación de manera insólita porque no hablábamos de vos hacía años. Supongo que estábamos teniendo esas charlas nostálgicas que siempre terminan en "qué edad de mierda, los quince, che"... en ese rubro es donde tenés que estar y tenés que quedarte. No sabíamos que un rato más tarde te íbamos a cruzar a pocas cuadras inaugurando la cagada que se volvió a partir de ahí y de repente, tener veintiuno y estar en Río de Janeiro.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me dan ganas de ir a Brasil solo cuando leo tus cositas. Lo cual es todo un logro che (y eso que sabes que me gustan los negros). Pero en la playa, sin el culo de la del mc, cuesta....


besos tana, y a ver cdo "proyectamos nuestro plan".
te quieron,
german

Anónimo dijo...

y despues la tarde se lleno de una tonada cordobesa. cada una se acuerda de lo suyo o no?
que bien que la pasamos florcita, brindo por eso.

Anónimo dijo...

yo voy a aprender bossa dentro de poco
le tego que contar a marcelo,. encontreun profesor que el seguro conoce que es un musico conocido, quizas le interese

Paloma dijo...

este es el blog de paloma, no el de marcelo. maldita sea el papá canchero que pegué de ojete. pero cómo lo quiero. y vos me debés un aguas de março a dúo, agustín.

Anónimo dijo...

para cuándo uno nuevo? el pueblo quiere saber

Anónimo dijo...

hacia mucho que no entraba. volvi a entrar y no hay nada nuevo.

Buuuu

besosssssss

nuse

Anónimo dijo...

quiero leer quiero leer
quiero ser felizzzz
(asi con ritmo cumbianchero)

besos tanita nos vemos ya ya ya!!!

y subite algo, dale, porfas...

German Jota. -