Las cosas que no aburren son las que no tienen alternativa: comer, dormir, tocarse.
Son-punto.
Y entonces queda el margen que se abre por sobre hacerlas.
En ese margen, la creatividad.
¿Hasta dónde da el placer de satisfacer las necesidades primitivas? Hasta el dulce de leche, hasta los orgasmos múltiples y hasta una siesta en la playa. Pero siempre da para más, da para direcciones distintas y siempre se puede volver a hacer. Se necesita volver a hacer.
Y después están las cosas que sí aburren… porque en realidad, en vez de estar estudiando, en vez de estar haciendo un trámite aburrido por una jubilación que ni sé si me va a llegar, en vez de ordenar mi cuarto o pintarme las uñas, bien podría estar comiendo, durmiendo o tocándome.
5 comentarios:
la realidad, cruda y dura como un adoquin y masiza
se la mira?
se la toca?
raspa?
no
porque
solo es una comparación
solo se parece en lo masizo, lo crudo, lo duro
el resto es hermoso como nada
ahora no soy más anónimo
(cliks de más)
hola, te convido a leer mis poesias (historias cortitas)...
Creo que ya había leído esto...
que lindo el mimo bloguense, mucho mas ahora que estoy necesitada de mimos
te quiero y me haces feliz
(mucho mas tranquilizarme)
J.
Publicar un comentario