29 de octubre de 2007

match point, algún verano


Volvía de la playa y una vez bañada y con el pelo enrulado y los cachetes rosas, bajaba por el ascensor con una mezcla de ansiedad, insolación y miedo, quién estará en la mesa de ping pong. Siempre estaba el nene malo. Siempre.

Una vez me le animé un partido. Un partido que jugamos abajo de los ojos de todos los chicos del edificio, todos en su cancha. Y gané.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

felicitaciones, yo creo que nunca me anime.
me basta con hacer papelones en el play de gonza.
besos, tana, y lo breve y bueno, dos veces bueno.
o 21?

J.

Anónimo dijo...

yo me anime, seguro perdi y conociendome actue indiferente. Sigo esperando que no me importe =). impecable como siempre. Te quiero

Paloma dijo...

Es un buen síntoma. Quiere decir que no se te acabaron los quince minutos de fama -fama a lo high school musical, aparte- a los ocho años. Yo soy como Macaulay Culkin, sabemos lo que sigue. Ja. Yo también te quiero.

Argentina Loba dijo...

Que redondo, que impecable. Yo siempre me animo tarde, cuando vuelvo a casa y ya no hay nadie para jugar al ping pong. Te quiero bonita. Gracias por la explicacion personal, eso te hace mi autora preferida ajjaja un beso enorme.