Por un solo segundito, uno chiquito, diminutivo y diminuto, dije "¿y si me quedo acá?"
¿Qué pasa con los baños y eso que dan de protección y de seguro que acá, hecha un bollito en la bañadera vacía, NADIE me encuentra? De alguna forma sobrevivió esa sensación infantil de que si uno se pone en cuclillas y se abraza las piernas poniendo la nariz entre las rodillas, es invisible. Ni hablar adentro de una bañadera: In-visible.
Supongo que será que en el proceso de maduración uno revisa y modifica las cosas más generales y axiomáticas que regían durante la infancia pero algunos detalles se traspapelan y quedan intactos… Y esos después te salvan la vida.
7 comentarios:
'y esos después te salvan la vida'
buenísimo final!
hermosa concepcion de q el "niño interno" nunca muere, y habla de vez en cuando.
Palabras suaves y afiladas las tuyas, me encantan.
como escuchar un ruido y esconderte abajo de la sabana. no es ser invisible, es algo mas como intocable (que ironía no?)
lo de la bañadera es entendible, lo que no entiendo es esas arduas ganas de ser invisible cuando es mas lindo todo lo contrario
(al menos en tu caso, y el freak de ayer me lo confirma)
saludos tana, ya sabéis.
si... la fantasia de poder rozar una seguridad que no existe...
la incertidumbre nos consume por dentro... y es necesario dejarse chupar por su abismo...
es todo lo que queda.
Abrí el agua de la bañera y la dejé llenando... Gracias por recordarme ese delicado placer.
Si, es la maldita 'posicion fetal'...si no hago cucharita no es porque no quiera, sino porque me es cómodo dormir mirando hacia el otro lado :P
Por cierto...segun mi informante tu deberias ser...f.p. (para preservar tu identidad, quien dice, no quiero ser el culpable de que termines acurrucandote en la bañadera)
¿no es así? ¡Necesito ayuda y creo me podrías dar una mano!
Que lindo y cierto esto que escribiste.
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