Cenicienta. Sonríe. Es víctima pero igual sonríe porque tiene amigos ratones.
Marilyn. Seduce. Se quiere suicidar pero igual seduce porque tiene amigos presidentes.
Susana. Baila y canta. Se siente vieja pero igual baila y canta porque tiene amigos cirujanos.
La geisha, tan estética.
La puta, tan sórdida.
La madre, tan caderona y suave.
La nena, inocente y risueña.
La mujer: antes callada, ahora llorona, siempre llorona, nunca callada.
Las manos.
Las manos que se hunden en el cuerpo de algún hombre
hasta retorcerle los órganos de dolor y de placer.
Las manos frágiles, rotas. Poco curtidas.
Saben, las manos.
Pola, Tania, Maga, Claude… París.
Como si fueran poesía en lo sucio de su cuerpo
y en lo comprensivo de su mirada.
Gal, Adriana, Marisa, Elis… Brasil.
Son como un canal a través del cual le dan tránsito a la tierra
y cuando abren el cuerpo resulta un enorme caudal de leche, voz dulce en música o sangre.
No es nueva.
Es entre sus piernas que te escurriste en todas las direcciones
naciendo mil veces como si siempre quisieras volver...
Los brazos de ella como un útero
cuando lo ahorcan suave y le permiten el llanto.
La mujer: antes callada, ahora llorona, siempre llorona, nunca callada.
La mujer y sus pliegues en los que los antónimos se encuentran y se sonríen haciendo estrías.
2 comentarios:
Yeah.
Este tambien lo conocia y te habia dicho lo mucho que me habia gustado. Ahora lo repito. Porque nunca viene mal, y porque sos de las personas que estan en mi liga. En nuestra liga, perdon.
Besos, tana con sentimientos, enormes.
darle forma a la
arcilla del lenguaje
escribir,
muchos lo hacen
tocarla
moderçlarla con las manos
que raspe
que acaricie
te salen texturas
quiero seguir leyendo...
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