Se va a diluir.
¿Se va a diluir?
Sí, sí, se va a diluir.
¿En qué otro líquido?
¿En qué color se pierde una luz que hace cosquillitas?
Sobre la noche no se pierde. Más bien ilumina.
¿Sobre qué ciudad pasa desapercibido el hecho de que se levanta una torre, más de trescientos metros hacia arriba?
En París no.
¿Se deshace el camino que andamos juntos sobre un puente del alma?
Y si no se deshace, si continúa, ¿cómo es que se bifurca?
Y si se bifurca, ¿cómo tomo, entre los dos, el que me devuelve a casa?
Ya no quiero volver. Mentira que yo no tenía nada en juego, eso era lo que estaba arriesgando yo: mis ganas de volver. Y las perdí.
Pude, sin embargo, irme de viaje, lejos,
a descubrir que no hay ningún lugar al que pueda ir sin mi cuerpo.
Creí que eso era todo lo que tenía para descubrir hasta que me mostraste
que tenía que irme lejos justamente para descubrir mi cuerpo, no para abandonarlo.
Ahora seguramente va a decir un oráculo al que me da bronca cederle la palabra. Si me dejara hablar a mí primero, antes que las monedas, me gustaría decir: No, no, no se va a diluír; uno no se habitúa a las cosquillas y no hay colores como los que se dibujan en los contrastes de esa ciudad. Tampoco hay contraste como ese con el que marcaste el perímetro de mi cuerpo, a mordiscones, justo antes de que yo subiera las escaleras apurada a tomar agua y comer frambuesas para recuperar la humedad de la sangre; para recuperar el color de los labios, el color de la boca de piquito que imprime un beso y espera que no se diluya. Se va a diluir tan poco como lo poco que se diluye la torre en el paisaje cada vez que es hora en punto. Y yo no desando ningún camino porque no ando de paseo. No estuve de vacaciones.
6 comentarios:
No disfruto los viajes, solo los destinos. Me parece algo primitivo tener que trasladarme físicamente de un lugar a otro para poder estar.
Lo que sí disfruto del plano físico es despertarme cada día y no estar muy seguro de dónde estoy... ¿será Buenos Aires? ¿Córdoba? ¿Ushuaia? ¿Motevideo? ¿Madrid?
Viajar es un placer. Y no, no estás de vacaciones. El cuerpo te hace trabajar y la sangre necesita que la alimentes.
Todavía no me decido que poner. Pero no se va a diluir.
Tengo miedo.
Lindísimo. Gracias por dejarme leerte.
celi.
yo tampoco me decido que poner.
esto de quedarme sin palabras y ya incluso perder la conceptualidad (como voy perdiendo mi alemanada al lado tuyo) tb me da miedo.
pero, bueno, capaz no digo nada. y en este "no decir' queda mas claro la razon por la cual me quede sin palabras.
ya sabes..
"cómo es que se bifurca?" Y si no lo hace? No tiene por qué...
Y fer: decir que trasladarse te parece primitivo; queda lindo, si, pero es nuestra condición.
Además, "viajar es un placer" (que no suele suceder :P)
Muy fuerte lo de "jugarse las ganas de volver, y perderlas".
Cambiando de tema, recientemente le estuve entrando al I Ching, y, no lo tengo ahora a mano, pero La Disolución (el Viento sobre el Agua como lo Abismal, o sobre el Agua como El Lago, no me acuerdo), no significa, necesariamente, la pérdida.
Perfectamente puede representar la evaporación de lo sobrante, y otras cosas. Prestale atención a todos los simbolismos y las líneas mutantes, si querés nos juntamos a leer.
Igualmente, dadas distancias intercontinentales... es un tema...
Además, revisando el texto, puede que hayas leìdo el dictamen y la imagen mejor de lo que pienso...
Bienvenida por el momento, en todo caso. Lo demás, irás viendo.
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